martes, 8 de octubre de 2013

JAPÓN, CULTURA MILENARIA Y CULTIVOS DE ARROZ EN TERRAZAS INUNDABLES

Japón ha tenido un impresionante crecimiento económico posterior a la segunda guerra mundial y hasta la decacada de los 90´s, y aunque su economía se ha desacelerado, la población aún tiene un ingreso per-capita de los más altos del mundo, una economía sólida y en general una calidad de vida alta, varios factores han hecho posible este casi milagroso desarrollo económico, inicialmente la ayuda internacional para la reconstrucción después de la Segunda Guerra Mundial, una magnífica planeación de la recuperación de las ciudades con participación de la población la honestidad, disciplina, dedicación y profesionalismo de su gente; el impulso a los negocios y empresas de todo tipo, entre muchos otros. 


 
 
 
En las bien planificadas calles de Nagoya (la 3ª ciudad más grande de Japón) conviven armónicamente en las banquetas ciclistas y peatones, sin riesgos de accidentes graves, el tráfico vehicular es muy fluido y prácticamente sin estrés.


Sin embargo como resultado de ese crecimiento, ha habido serias consecuencias desfavorables, una de ellas las crisis ambientales y aunque ahora tienen estrictos e innovadores mecanismos de control y prevención de riesgos ambientales, entre las décadas de los años 60 y 70 se presentaron múltiples casos con incluso pérdidas de miles de vidas humanas por contaminación y deterioro ambiental. Otro problema ha sido la concentración de la economía en los sectores industriales y de servicios y el abandono de la producción de alimentos y en general el medio rural que los lleva a importar un muy alto porcentaje de sus alimentos lo que se traduce en muy altos costos de los mismos y pérdida de la soberanía alimentaria. En 1955 el 20% de la producción de Japón provenía del sector primario (agricultura, pesca, forestería) y el 48.8% del sector Terciario (servicios) para el 2005 la producción primaria apenas alcanzaba el 1% mientras el sector terciario llega al 73.4%.

En el medio rural estos cambios se expresan de muy variadas formas una de ellas es el despoblamiento de las comunidades y el envejecimiento de la población, el abandono de la producción agropecuaria siendo especialmente sensible la producción de arroz que es el principal alimento de la población de Japón, también la pérdida de posibilidades de aprovechamiento de recursos naturales, (como la madera que por tradición fue el principal material de construcción de vivienda) ya que no existe población para trabajar en este tipo de actividades,

 


Casas tradicionales y terrazas para cultivos de arroz en la localidad de Higashitani, Prefectura de Shirikawa

por otra parte en las ciudades se da una hiperconcentración de población como el caso de Tokyo, capital de Japón y su zona metropolitana considerada la ciudad más poblada del mundo.



Tokyo es una ciudad fascinante pero con un altísimo uso de energía que al fin de cuentas se traduce en contaminación y deterioro ambiental.

Uno de los sistemas de producción más afectados ha sido el cultivo de arroz en terrazas inundables, un sistema de producción milenario que ha moldeado el paisaje y la cultura del Japón, dado que aproximadamente el 70% de la superficie del país es montañoso, este tipo de producción se hacía a una escala importante en las comunidades rurales totalmente libre de agroquímicos. Su principio es captar agua de lluvia en las laderas mediante un sistema de diques y nivelación de pequeñas áreas para propiciar la inundación y poder cultivar el grano. Los requerimientos de mano de obra son muy altos. pero los beneficios ecológicos y  sociales también lo son.

 


Se calcula que el cultivo de arroz con el método tradicional, con campos inundados y libre de agroquímicos es un 75% más costoso que el método moderno convencional con uso de maquinaria, agroquímicos e incluso fuego como parte del manejo.

Mucha biodiversidad depende de este sistema de producción, incluso una especie emblemática del Japón la cigüeña oriental, que estuvo al borde de la extinción en el país paralelamente a la pérdida del sistema de cultivo tradicional de arroz, ya que el alimento del ave son insectos, pequeños anfibios y otros animales que viven asociados al cultivo de arroz sin agroquímicos (el uso de pesticidas elimina no solo las plagas sino también la biodiversidad benéfica) en campos inundables. Otro beneficio ecológico del cultivo de arroz en terrazas es la recarga de mantos freáticos útiles para el abastecimiento de ciudades, aspecto que se vio afectado, ante el decremento de los campos de arroz en terrazas.
Arroz secándose al sol 

La producción de arroz tradicional actualmente forma parte de varios de los 5 lugares que son reconocidos en Japón con Sistemas de Producción Agrícola Patrimonio Mundial, esta denominación la concede la FAO (GIAHS Globally Important Agricultural Heritage Systems) y reconoce los sistemas agrícolas excepcionales y únicos que proveen a la humanidad y al ambiente de múltiples bienes, servicios de valor más amplio que solo el económico, asegurando su existencia para las futuras generaciones.

Con esta y varias acciones más en Japón se están haciendo importantes esfuerzos para conservar esa cultura cooperativa, rica en conocimiento ancestral milenario, el Japón que se está perdiendo en las grandes ciudades, pero que en el medio rural se resiste a desaparecer, el que tiene una naturaleza prodigiosa y una sabiduría que es un patrimonio mundial, el que cultiva arroz en terrazas como una forma de convivir armónicamente con la naturaleza.

La Villa de Shirikawa, una de los poblados más bellos de Japón, con sus casas de madera y techos de paja de arroz, mantiene sus costumbres tradicionales y ha hecho del turismo rural su forma de vida

 

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